El foco de los mercados se ha centrado en el arranque de la semana en el impacto de los aranceles que ha firmado Donald Trump este sábado, pero no es la única medida que ha tomado el presidente estadounidense: también ha aprobado oficialmente la creación de un fondo soberano federal para el país, una herramienta que parece que el presidente quiere utilizar en el frente político.
Trump ha firmado una orden ejecutiva que era necesaria para que el Gobierno se ponga manos a la obra, y arranque el primer fondo soberano no estatal para todo Estados Unidos. Los encargados de ponerlo en marcha, como ha asegurado el presidente, serán el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el nominado para secretario de Comercio, Howard Lutnick. Bessent ha declarado que el fondo estará listo en los próximos 12 meses, y considera que se trata una cuestión de «gran importancia estratégica» para el país.
Lutnick, por su parte, ha dejado entrever que el vehículo de inversión podría ser utilizado para comprar el negocio de TikTok en Estados Unidos, una de las posibles salidas que se han planteado para la continuidad de la aplicación china en el territorio estadounidense. De ser así, se confirma que el Gobierno estaría planeando utilizar el fondo soberano como una herramienta política.
De hecho, el gobierno no está escondiendo sus intenciones en este sentido: Elon Musk ya se ha mostrado públicamente inclinado a utilizar la Corporación Financiera para el Desarrollo Internacional (una institución pública creada en 2019 para competir con China y su Ruta de la Seda a la hora de apoyar el desarrollo de países extranjeros) como un fondo soberano. De este modo, el nuevo fondo se distinguiría de los fondos soberanos estatales que ya existen en Estados Unidos (hay 20 estados que cuentan con ellos), que utilizan sus ingresos por la venta de materias primas para apoyar las cuentas del estado y diversificar sus ingresos.
Sin detalles sobre su financiación
El proyecto de un fondo soberano federal para Estados Unidos ya se puso sobre la mesa en la campaña electoral del nuevo presidente republicano, pero hay varias incógnitas que hace que algunos analistas se planteen si tiene sentido esta iniciativa de Trump y su equipo.
La primera, es que, como ya se ha explicado, ya existen fondos soberanos similares al de Noruega, o Arabia Saudí, en Estados Unidos, con una diferencia importante: estos países cuentan con un superávit comercial, o fiscal, que permiten la financiación de estos vehículos de inversión.
La gran incógnita que presenta el proyecto de Trump es la financiación. ¿Se emitiría nueva deuda para financiarlo? ¿Se utilizarán, como dejó entrever Trump en campaña, los ingresos de los aranceles? De ser así, su promesa de usar estos ingresos para reducir el déficit, o para bajar los impuestos, queda en entredicho. Hasta la fecha, no hay detalles sobre cómo se ha estructurado el proyecto en este sentido.
De hecho, el planteamiento de un fondo soberano con estas características choca en cierto sentido con el proyecto de Trump de defender los intereses estadounidenses. Si el plan de Trump es que llegue financiación internacional a Estados Unidos, y aumentar las inversiones de este tipo en el país, estaría haciendo lo contrario: utilizará el dinero del contribuyente estadounidense para invertir en compañías extranjeras. Si el fondo no se financiase vía déficit o impuestos, el plan del presidente podría encontrar críticas ya que estaría usando capital que se puede usar para «hacer América grande otra vez» en inversiones fuera de sus fronteras. Eso sí, permitiría al país diversificar sus fuentes de ingresos a largo plazo, y aumentar su presencia internacional.
Bluesky
