PP y Junts vuelven a cerrar un acuerdo tributario y redoblan la presión sobre el Ejecutivo a horas de que la reforma fiscal afronte su última votación en el Congreso de los Diputados. Las dos formaciones han llegado a un consenso para incluir dos propuestas de los nacionalistas catalanes en el texto que saldrá esta noche del Senado, pese a que la formación de Carles Puidgemont no ha votado a favor de las rebajas fiscales que habían incluido los populares en la fase de ponencia, para no ir contra lo pactado con el ministerio de María Jesús Montero hace casi un mes.
El partido de Alberto Núñez Feijóo ha respaldado las enmiendas 31 y 32 impulsadas por los catalanes en la Cámara Alta para extender a la leche fermentada la rebaja del IVA al 4% que ya se aplicaba a los productos lácteos esterilizados o en polvo y liberar a los entrenadores o monitores de clubes, asociaciones o entidades deportivas no profesionales sin ánimo de lucro del pago de cotizaciones. Se trata por tanto de dos cambios menores pero que podrían condicionar la posición de los siete diputados de Junts en la votación del próximo jueves, cuando el pleno tendrá que decidir si incorpora al proyecto la deducción a la tasa bancaria propuesta por el PP.
La primera enmienda ha salido adelante gracias a los votos del PP, después de días de negociaciones que se han extendido hasta el último momento, mientras que la segunda ha sido mayoritariamente apoyada por la Cámara, incluidos los votos del PSOE. Los populares, por su parte, han hecho uso de su mayoría para incorporar al texto que pasará a la Cámara Baja las bonificaciones al IRPF de los jóvenes o la ya mencionada reducción a la cuota del nuevo impuesto dirigido a las entidades financieras siempre que faciliten el acceso a la vivienda con facilidades para contratar hipotecas o inversión destinada a la construcción de inmuebles.
El Gobierno necesita que todos los partidos que respaldaron el proyecto en la primera votación (incluido Junts) respalden la versión original para que no se añadan estas rebajas fiscales en la norma definitiva, lo que permitirá a la formación catalana forzar las negociaciones con el PSOE y mantener en vilo al Ministerio de Hacienda en una jornada en la que hay convocada una nueva reunión sobre el impuesto energético en la que no se cuenta con la presencia de los catalanes, tras la ausencia del pasado miércoles. No obstante, el senador Joan Bagué ha enfatizado que respetan lo ya pactado con el Ejecutivo, como ya hizo hace una semana en la ponencia.
Este acercamiento entre las dos formaciones se da además, después de que ambas introdujeran una enmienda en la norma que regula las emisiones de carbono para eliminar el impuesto a la producción de energía eléctrica, fijado en un 7%. El Ejecutivo dejó congelado este primer pacto al suspender las siguiente reunión en la que iba a votarse el cambio, que también había sido respaldado por ERC y PNV. Los populares también habían explorado un acuerdo con los vascos para retocar la reforma fiscal, que se han verbalizado que comparten el mínimo común del proyecto que transpone la directiva del tipo del 15% para multinacionales.
Además, tanto Junts como PNV se han abstenido en la votación de la enmienda de de adición del PP que recogía la derogación del gravamen temporal a las compañías del sector energético que el Gobierno tiene previsto prorrogar antes de que acabe el año, algo que no respaldan ninguna de las dos formaciones y con lo que los vascos se han mostrado muy críticos por la imposibilidad de concertarlo (fijar condiciones, tipos o bonificaciones en los territorios forales) a diferencia de lo que sucedería con el de nueva creación que se debatirá este miércoles, que también rechazan. Si este punto termina por incluirse, Montero no podría recurrir a la extensión por real decreto.